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25 sept 2010

LOS TRES REYES DE PALACIO

Estando el italiano D. Santiago Bonavía encargado como arquitecto director de las obras reales de Aranjuez, se lleva a cabo durante el reinado de Fernándo VI, entre otras obras, la conclusión de la fachada y portada principal del Palacio.
Tras el incendio, ocurrido en la noche del 16 de Junio de 1748, resuelve el Rey no solo reparar los destrozos causados por el fuego, sino también que se ejecute toda la obra exterior que faltaba para estar concluído su Palacio de Aranjuez, empezando a trabajar cuanto antes.


Una vez aprobado por S.M. el plan y diseño que Bonavía ha hecho, envía éste el 3 de Agosto de 1749 un avance de los caudales que son necesarios para la conclusión de la mencionada obra de la fachada principal. Para el remate de dicha fachada se propusieron una serie de adornos, entre los que figuraban tres estatuas.

El tercer cuerpo o frontispicio, construído sobre los tres balcones centrales, fue decorado con seis jarrones, un escudo de armas reales, dos cartelas con inscripciones y como remate un pequeño frontón semicircular y balaustrada, y coronando todo el conjunto las estatuas de piedra de Felipe II, Felipe V y Fernándo VI.

Sobre las estatuas, en una carta de Bonavía a D. José de Carvajal y Lancáster, fechada el 15 de Agosto de 1750, dice:
 - En atención a que se deben prevenir con tiempo los adornos que debe llevar la fachada de éste Palacio, que se va a concluir, con la debida veneración hago presente a V.E. que primero se deben prevenir tres estatuas, de altura de diez pies, comprendida la altura de un pie que corresponde al zócalo; para éstas convendrá que S.M. declare su Real voluntad qué es lo que deben representar, si Virtudes Reales ó bien el primer fundador el Señor Feliphe Segundo, el Señor Feliphe Quinto, que continuó a construir la mayor parte de lo que está fabricado; y el Rey nuestro Señor (Fernándo VI) que va a perfeccionar la obra enteramente.


Y continúa escribiendo…
  - Todos los mencionados adornos deben ser de piedra blanca de Colmenar, como lo es toda la cantería que adorna lo exterior de este Palacio. Y en cuánto a los artífices que me parecen capaces de ejecutar estas obras, con desempeño, por lo que mira a las estatuas es Don Pedro Martinenghi, que ha ejecutado la escultura de los retablos laterales de esta Iglesia de Nuestra Señora de Alpajés, con la aprobación de Don Feliphe de Castro y que es discípulo de Don Domingo de Olivieri.

Las condiciones para la ejecución de estas tres estatuas aparecen firmadas el 21 de Enero de 1751 por el Teniente Arquitecto Interventor de la Fábrica del nuevo Real Palacio de Madrid, D. Juan Ruiz de Medrano.
Se exigía para la realización de estas esculturas, que se hiciesen de una sola pieza de piedra de Colmenar de Oreja “de las más blancas y de mejor grano, sin blandones, pelos, ni abujeros”, debiendo de ser su altura de diez pies (unos 2,78 metros).

Las tres estatuas de los Reyes no comienzan a subirse al lugar donde hoy se encuentran hasta Marzo de 1752. A tal efecto Bonavía escribe a D. José Agustín del Llano enviándole la Memoria de todo lo que “necesita para subir el Escudo de Armas y las tres estatuas, advirtiéndole que las del Palacio de Madrid se suben con grúa, porque las estatuas son de dos piezas, lo cuál no se puede ejecutar en Aranjuez por ser todas de una pieza y no haber grúa, sino torno”


Maria Luisa Tárraga Baldó

14 sept 2010

PASO DEL FERETRO DE JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA POR ARANJUEZ

En Ocaña se efectúa el relevo a las cinco de la mañana, siendo entregado el cuerpo de José Antonio por la Falange de Valladolid a la de Guadalajara.
En el kilómetro 359 se relevan nuevamente y el cortejo continúa hasta dar vista a Aranjuez, a las 10:30 de la mañana, deteniéndose éste para rezar un solemne rosario.

La entrada a Aranjuez se efectúa a las 12:00 horas. En la Plaza de San Antonio, al lado de la iglesia del mismo nombre, que hace de capilla al estar destruida la de Alpajés, se había elevado el túmulo, y tras él, una cruz negra de siete metros de altura. A ambos lados se alzaban dos cartelones recuadrados con ramas verdes, en los que se leía: “José Antonio, ¡Presente! Y los trenta y seis mártires de Aranjuez caídos”.
El suelo de la plaza se había cubierto con hojas de hiedra, y en los extremos, delimitándola, se elevaban cuatro grandes pebeteros y otros ocho más pequeños.

A mano derecha del túmulo se instaló el Jefe Provincial de Toledo, Sr Torres, con su guardia de honor, formada por ex-combatientes del Alcázar, que llevaban la bandera de Falange del Alcázar durante el asedio, hecha con una colcha que los defensores del Alcázar arrebataron al enemigo en una salida . Al lado del Jefe Provincial de Toledo se situaron los jerarcas y el Ayuntamiento de Toledo en corporación, presidido por el alcalde D. Deodoro Valle.



A mano izquierda, jefes  y oficiales del Regimiento de Caballería, de guarnición en Aranjuez, con su teniente coronel D. César Balmori, y el coronel Gavilán.
A las 12:08 horas, la Falange de Guadalajara deposita el féretro ante el túmulo. El Clero de Aranjuez, con su párroco D. Gabriel Martínez, asistido por el Clero de la parroquia y el Clero de Colmenar de Oreja, reza el responso.



Retumban las salvas y el cortejo reanuda la marcha pasando bajo el arco de San Antonio, que está cubierto por crespones y ostenta en el centro un retrato de José Antonio, el yugo y las flechas, coronas de hiedra y los históricos leones del escudo de Aranjuez en dorado. Mientras tanto, los aviones nacionales sobrevuelan el cielo de Aranjuez.

La comitiva continúa su marcha camino del puente de Carlos III (Puente Largo), volado por los republicanos y que estaba ya parcialmente reconstruido. Los obreros del puente habían construido un gran arco de ladrillos con la inscripción “José Antonio, ¡Presente!”, y unos metros mas allá, precisamente en el centro del puente, una gran cruz de madera con basamento de ladrillo. Estos obreros transportarán a hombros el cadáver de José Antonio a lo largo del puente.
Los portadores de Aranjuez y autoridades locales se retiraron a la altura de las Doce Calles.

INSCRIPCION DEL MONOLITO DE LA CUESTA DEL REGAJAL

Junto a la Plaza de San Antonio había colocado otro monolito similar al de la Cuesta del Regajal, que fué retirado en el año 2006. Otro aún queda en la Cuesta de la Reina en el término de Seseña.

Monolito conmemorativo en Ocaña


Fuente documental :ABC




11 sept 2010

EL TREN DE LA FRESA

El día 12 de mayo de 1985, procedente de Príncipe Pío, llegó a Delicias-Empalme la composición inaugural del "Tren de la Fresa". Los viajeros esperaban ansiosos la llegada del tren para iniciar un viaje que les llevaría no solamente hasta Aranjuez, sino también al pasado en forma de recuerdo para algunos y otros, los más jóvenes, conocerían como habían viajado sus antecesores. 




                                                                Pasillo entre vagones


La realidad es distinta porque aunque el material básico es locomotora, furgón y coches, a lo largo de estos años el "Tren
de la Fresa" ha sido remolcado por casi todas las locomotoras de vapor activas de ancho RENFE y el material remolcado ha estado sometido a intensas curas de rejuvenecimiento para mantenerlo activo durante muchos años. El "Tren de la Fresa" también ha tenido la fortuna de ser remolcado por doble tracción de locomotoras de vapor, un hecho poco habitual dentro y fuera de nuestro país, y no una, sino varias veces, sobre todo durante el verano de 1989. Los coches de viajeros fueron en principio tres y después se añadió otro más. El furgón de acompañamiento también ha cambiado, al principio era un J-300.000 con friso de madera y después un vehículo de la misma serie DV-340.000 de los que se utilizaban como vehículo de acompañamiento en las composiciones de la época del vapor. El furgón es una parte indisociable de esta encantadora composición.
 En la época del vapor los trenes efectuaban majestuosas entradas en esta ya mítica estación porque la llegada a los andenes estaba precedida de una larga cuesta y las máquinas se empleaban a fondo arrastrando pesadas composiciones. Del éxito de esta experiencia surgió la circulación del "Tren de la Fresa" que se puso en marcha un año más tarde. El  problema  que  se  planteó  fue  donde  estacionar  la  composición  durante  la semana, lejos de los amigos de lo ajeno y de las piedras de los vándalos. La solución fue utilizar las vías de Príncipe Pío, después durante un corto espacio de tiempo, en el depósito de Atocha, en ocasiones en Chamartín y finalmente en el propio Museo de Delicias. Esta última solución, la más práctica para evitar recorridos en vacío, se adoptó cuando el recinto reunió las necesarias condiciones de seguridad.
Texto:Antonio G.  Portas


" TREN DEL PASADO"





Escrito por Mamen
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