El depósito de fangos en el Mar de Ontígola ha sido un problema permanente. Así, por ejemplo, en 1745 se realizó un reconocimiento y presupuesto para quitar la broza y légamo en los manantiales y cauces, desde el prado de Ontígola hasta el "mar", y en 1747 se decía que era necesario hacerlo de nuevo.
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El la imagen se ve como la vegetación va ganando terreno como consecuencia de los lodos existentes. |
Ya en el siglo XIX se realizaron trabajos en el propio embalse. En el año 1841 el Real Patrimonio decidió supervisar la operación empleando a cerca de un millar de presos, pero después de haber trabajado todo el año, consiguieron muy poco a pesar de la gran cantidad de cieno extraído. En 1842 se sacó a subasta la limpieza del lecho del embalse (según Madoz), quedando totalmente limpio y con
todo su caudal. A este respecto también alude una hoja mecanografiada existente en el Archivo de Aranjuez, pero tal afirmación parece un poco exagerada, ya que a esa misma tarea, fechada en 1840 y considerada solo parcial, se refiere un expediente de 1884, en el cual se proyecta un trabajo mayor, empleando cien presos.
En unos planes se estima la superficie del agua en 7 hectáreas, con una profundidad máxima de 2 metros, ya que el resto era fango, y una cabida de 140.000 m³, con lo cual rebosaba en invierno pero se quedaba seco en verano; el arroyo que le alimenta aportaba entonces 800 m³de agua diarios, a lo que había que añadir las aguas pluviales. Con estos datos se estimaba que dragando 2 metros (140.000
de fango) se duplicaría la capacidad de agua embalsada, con doble reserva para el verano y en total se aumentaría tres o cuatro veces el suministro de agua. Así pues, se proyecta realizar la obra en cuatro años con una draga de vapor.
Según otro proyecto del mismo expediente, mide 8 hectáreas, y quitando 3 metros de légamo donde ya se limpió y 3,6 en el resto, se sacarían 290.000 m³ a brazo. Al mismo tiempo se trataba de arreglar la compuerta, lo cual era indispensable; en cambio la limpieza se estimaba cara y discutible puesto que la capacidad que tenía el embalse por entonces bastaba para las necesidades del Patrimonio. De todas formas se iniciaron los trabajos, se sacaron sólo unos 3.000 m³ y luego se interrumpieron por creerse que el cieno extraído era nocivo para la salud pública.
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Trabajos de evacuación de lodos de la base de la presa aguas abajo |
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Fangos depositados en la base de la presa aguas abajo (Foto de Jesús) |
En 1875 ya hubo una petición de Rosendo Bustos, que quedó sin curso, de utilizar agua sobrante del Mar de Ontígola para regar el Regajal, a la vez que el fango resultante de la limpieza se podría utilizar como abono. Así mismo era problema el légamo del Mar Chico, como indica un documento fechado el 29 de noviembre de 1871, donde se habla de unas obras referentes a la recomposición de la compuerta y obra de fábrica.
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Foto del embalse vacío en el año 1946 |
Por último, a mediados del siglo pasado se intentó limpiar de nuevo el embalse mediante una draga montada sobre el dique, pero ésta cayó al fondo y su recuperación fué muy difícil. Finalmente se decidió desistir de la operación.
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Vaciado de la presa donde se aprecia cómo de los 6 metros de altura apenas son visibles 3 metros
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es el eterno problema de los embalses...
ResponderEliminarY de muchos ríos, entre ellos el Tajo a su paso por Aranjuez, pero ese es ya otro tema...
ResponderEliminarSaludos amiga.
muy bueno Mingo un saludo
ResponderEliminarMingo:
ResponderEliminarAyer he subido a Ontígola y desde el coche he visto los lodos que denuncias, señalándolos, en tu reportaje sobre el mar. Supongo que han pasado unos días desde que hiciste las fotografías y el espanto que he visto es aún mayor. A la bajada, desde las lomas altas donde se agazapa la urbanización más elevada, ya puesto el sol, el espejo del mar nos engañaba con una leve nota de romanticismo.
Excelente reportaje e importante toque de atención. Para ver, hay que mirar.
¡Te felicito!
Cecilio
Hola Ceci, ya se te echaba de menos por aquí. Efectivamente, no todo es romántico en el Mar de Ontígola; los lodos, la contaminación del agua, la tan ansiada reparación de la presa que no acaba de hacerse realidad, la nula vigilancia o el escaso mantenimiento de los accesos, son por desgracia puntos a tener muy en cuenta.
ResponderEliminarTenemos la suerte de poseer una de las presas mas antíguas de España, dentro del marco incomparable de la Reserva del Regajal, y poco se hace por conservarla en las mejores condiciones posibles.
Es una pena desaprovechar tan importante recurso natural, paisajístico y turístico. Un fuerte abrazo