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20 dic 2012

LA FLOTA DEL TAJO

Para la distracción real se draga el Tajo y construye un embarcadero alejado algunos kilómetros cauce arriba del palacio, para que pueda descender la que Farinelli llama «flota del Tajo». En ella embarca la corte al atardecer, para regresar al embarcadero de palacio ya de noche, iluminados por miles de luces que se van encendiendo al paso de las naves por toda la ribera.


      Del diseño de los barcos se ocupó Farinelli con sumo esmero. Eran quince, cinco grandes, ocho botes de remos y dos más, uno con forma de venado y el otro de pavo real.  La Real, en ella se embarcan exclusivamente los reyes, un reducidísimo séquito, la tripulación y «ocho músicos, y don Carlos Farinelli, familiar de Sus Majestades».

19 dic 2012

Fernando VI y Bárbara de Braganza en los jardines de Aranjuez


En 1751 la reina Bárbara de Braganza pidió a Farinelli que organizara los festejos de la onomástica de Fernando VI en el Palacio de Aranjuez deseosa de hacer más plausible la celebridad del día. Al año siguiente, Farinelli añadió al espectáculo un paseo por el río y el canal de éste en la «Escuadra del Tajo», creada al efecto. Estaba compuesta por quince naves de recreo, entre ellas la fragata «San Fernando y Santa Bárbara», los jabeques «Orfeo» y «Tajo», y la falúa real, «decorada a la chinesca».

17 dic 2012

El Parterre de Palacio

Con esta entrada intentaré explicaros, muy por encima, el desarrollo de la construcción del jardín del Parterre de Palacio.

El jardín del Parterre fue uno de los escasos ejemplos, y de gran calidad, de la jardinería clásica francesa en España. Su interesante trazado, variado en la segunda mitad del siglo XIX, se fundamentaba en el nuevo alzado del Palacio Real tras su terminación.


La zona oriental del palacio no estuvo conformada en el siglo XVI a excepción de un grupo de casas, llamadas "de Chacón", la isleta de gobierno, unas arcas de agua y una pequeña franja murada y ajardinada que acompañaba el Cuarto del Rey. La terminación del palacio encargada por Felipe V y la
importancia de las crujías que miraban a esta orientación, con la nueva localización en ellas del dormitorio del rey, incitaron al monarca a levantar un jardín a la francesa, un parterre, que realzara esta parte del conjunto.


En el año 1727 se procedió a la nivelación del terreno donde posteriormente se construiría el jardín, siendo necesaria la demolición de las mencionadas casas "de Chacón", que resultaban antiestéticas para el total del conjunto que se pretendía ejecutar, además de ocupar el espacio que se iba a destinar a jardín. En 1733 se derribó el muro que separaba el Jardín del Rey del Parterre.


Una de las primeras obras que se realizaron fue la construcción del dique o muralla que regularizaría el curso del río, las cuales empezaron a ejecutarse en 1735. Para rematar dicho muro se colocó una baranda de hierro en 1751 sujetada por recios pedestales de cantería coronados por sendos jarrones, 121 en total., bajo la dirección de Bonavía. La parte Sur se cerró con pared de ladrillos, la cual no era tan larga como la baranda del río. Dichas obras se realizaron bajo la dirección de Juvarra y Ventura Rodriguez.


La plantación del jardín se llevó a cabo en el año 1746, bajo la dirección de Esteban Boutelou.
Abundaban los adornos de boj, como también jarrones de mármol blanco, muy grandes, situados sobre pedestales de blanca piedra barroqueña. Los cuadros de boj, alternando con gran variedad de plantas de multicolores flores, daban al conjunto un finísimo aspecto de jardín ideal. Los estanques y fuentes tenían, y aun tienen, adornos y figuras vaciadas en plomo por Joaquín Demandre, escultor de las fuentes de la Granja.


En tiempos de Carlos III se llevó a cabo una importante reforma, ejecutada por Jaime Marquet, consistente en la demolición de la pared que rodeaba el Parterre desde el Puente de Barcas hasta la Puerta de Damas, sustituyéndola por un foso de 285 metros de largo construído con piedra blanca de Colmenar y doble balaustrada de hierro, similar a la del muro del río, el cual toma las aguas del río justo al lado del Puente de Barcas. La entrada principal al Jardín está constituída por una elegante puerta enrejada, de estilo rococó francés, flanqueada por dos garitas cuadradas, de fábrica de cantería, que tienen cada una en su parte superior un niño con trofeos.

La explicación mas pormenorizada de las fuentes integradas en el Parterre la dejo para otras entradas.

Fuentes documentales:
"Aranjuez, ruta artística" Luis M. Burillo
"Arquitectura y desarrollo urbano"
 
Fotos: A.G.P.

9 jun 2012

COMIENZOS DE LA LÍNEA DE FFCC MADRID-ARANJUEZ

Allá por los años 1844 y 1846 Madrid estaba volcado en la discusión sobre las licencias que el estado había concedido para la construcción de 6.500 kilómetros de vías de ferrocarril distribuidas en veinticuatro hipotéticas líneas que debían terminar con el aislamiento tradicional entre el centro de la meseta y las costas, tanto mediterráneas como atlánticas y cantábricas.
Caricatura de José Salamanca
Imagen: http://www.150ferrocarrilalicante.gva.es

A pesar de los retrasos y de las dificultades, en 1851 se inauguró un primer tramo entre Madrid y el mar. La vieja aspiración de Madrid de tener puerto comenzó con un ferrocarril hacia el sur, en una
línea que unía Madrid y Aranjuez, financiada por el que era hasta entonces un banquero amante de las aventuras, Salamanca, que además era dueño de un circo de la capital y enriquecido por los espectáculos públicos. El nueve de febrero inauguró el ferrocarril que sin duda transformó la ciudad. Todavía se puede saber lo que costaba el viaje hasta Aranjuez ya que Benito Perez Galdós nos lo describe claramente en sus “Episodios Nacionales”:
    "Ya sabes que allá se ha ido la Corte hace tres días. Ahora tienes ferrocarril. Por catorce reales puedes ir en segunda…Dos horas menos minutos"

Salamanca se asoció a la corona y a la corte para que fuera un acontecimiento público, usó la popularidad de la reina para evitar que los ludditas intentaran boicotear el acto. Finalmente tuvo lugar la inauguración del fasto de la máquina, pero frente a lo que pensaba Salamanca no fue la corona quien legitimó la máquina de vapor. La nueva era del maquinismo sirvió, de momento, para ocultar los problemas de la corona.


Aranjuez era en aquella época una ciudad de ocio y expansión de los madrileños, pero los analistas de la época se preguntaban si era tan importante que mereciera un ferrocarril, el primero desde Madrid. Si el destino de la línea era Alicante, lo razonable habría sido comenzar la línea desde esa ciudad marítima que podría recibir por barco los materiales de construcción. Ascender hacia la meseta aprovechando la línea ya construida hubiera sido una medida de sensated, pero el ferrocarril que se impulsaba desde Madrid no era una cuestión de economía, sino de espectáculo.


 La corte estaba demasiado lejos del Mediterráneo y todavía en aquella época estaban demasiado vivos los problemas de la rebelión catalana de la guerra de Sucesión. Mejor partir desde Madrid, mejor hacer el esfuerzo de construir no un ferrocarril industrial sino de recreo, pues no debemos olvidar que la línea construida transcurría por parajes idílicos entre la corte de Madrid y la corte subsidiaria de Aranjuez.


Fragmento de la película "El Marqués de Salamanca"