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4 may 2010

CEMENTERIOS DE ARANJUEZ

En la concepción urbana de la ciudad del S.XVIII, el cementerio irrumpe como una nueva tipología, bajo idénticas premisas de planteamiento y de higiene pública a las de los hospitales del S.XVII. Es el cementerio entendido como construcción desvinculada del espacio físico de las parroquias, alejadas de las zonas de habitación y residencia.



La Ilustración había planteado nuevos conceptos que cuestionaban la práctica de inhumar dentro de las iglesias. Es de nuevo Carlos III, como sucediera con los hospitales, quién por Real Célula de 1787 prohíbe el enterramiento en templos y obliga a la construcción de cementerios fuera de los cascos urbanos. Real Célula que tiene su antecedente en el Reglamento del cementerio de otro Real Sitio, la Granja de San Ildefonso.


Calle de las Cruces

Pero la norma no comienza a materializarse de modo sistemático hasta bien avanzado el S.XVIII. En el inicio del reinado de Isabel II, Aranjuez aún no poseía cementerio. El equipamiento urbano del S.XVII no contempló la construcción del mismo por una serie de circunstancias claramente explicables, pero que una vez más evidencian la particularidad de Aranjuez respecto de otras poblaciones. Como Real Sitio no poseía parroquias propias, sólo reales capillas. De esta manera los escasos enterramientos de Aranjuez ( no existía núcleo poblacional antes de 1750 ) se realizaban en la cercana Ontígola.



El primer cementerio de Aranjuez se construye en 1845. Es un sencillo recinto cuadrado, lindante por el sur con el Convento de San Pascual y que conecta con el entorno del cercano Hospital de San Carlos a través de un camino arbolado. Este cementerio estaba construído sobre un terreno de muy pronunciada pendiente, por lo que más adelante se procedió a su explanación, hecho que provocó que, a causa de la mala construcción de los nichos, los malos olores producidos por la descomposición de los cadáveres invadieran gran parte la zona alta del pueblo.

En la esquina inferior derecha,patios ocupando la antígua Calle de los Muertos, junto a los terrenos del Convento de San Pascual.

En 1850 se efectúa una ampliación que determina una planta rectangular con capilla. Propiedad del Patrimonio de la Corona, es cedido en usufructo al Ayuntamiento. Su abandono será casi inmediato, pues pronto resulta insuficiente para la creciente población de la época. Para Lopez y Malta no posee “ni solidez, ni gusto, ni acierto en su situación”.




Queda así decidida la construcción del nuevo cementerio, al que se trasladarán los restos mortales del primero. Este , no obstante, se mantendrá en pié hasta los años cincuenta del siglo pasado con independencia de su progresivo deterioro.

El cementerio de Santa Isabel se construye por iniciativa regia en 1861, a instancias del Ayuntamiento, quien lo había solicitado en 1859. La obra se concluye en Junio de 1863. Desde el mismo día de su bendición en 1864, es cedido al Ayuntamiento en usufructo. Hoy en día, pese a ampliaciones y modificaciones, se conserva el núcleo original del cementerio, correspondiente al diseño de José Segundo de Lema. El arquitecto concibe un recinto centralizado de planta cuadrada en el que se inscriben dos ejes perpendiculares, en cuyo cruce se ubica una cruz dy hierro rodeada de canapés, elementos hoy desaparecidos. Los escasos cipreses que se mantienen en pié permiten reconstruir imaginariamente el aspecto original. En el extremo de uno de los ejes, el que se corresponde con el acceso al recinto, se sitúa la capilla. Esta combina la piedra con el ladrillo, siguiendo la práctica constructiva característica de Lema.


Antíguo Altar de la Capilla del Cementerio de Santa Isabel

Actualmente dicha capilla se encuentra en ruínas, y una vez se extraigan los restos del sacerdote D. Gabriel Martínez Gutierrez que descansan en su interior, será derruída.



Al fondo,Cementerio de los Frailes

Otro cementerio que existió en Aranjuez fue el llamado “de los Frailes”, situado en el cerro Parnaso, y que era utilizado para el enterramiento de los miembros de la congregación de frailes Jesuítas, cuya sede estaba situada en el Palacio del Deleite, edificio donado a la Compañía de Jesús por la reina Isabel II.


Senda que conducía al Cementerio de los Frailes


Vista actual del lugar donde estaba ubicado el Cementerio de los Frailes

Desde dicho palacio partía un camino, flanqueado en sus laterales por cipreses, que discurría por la ladera del Cerro Parnaso y que a unos 300 metros desembocaba en el cementerio. Fueron precisamente dichos frailes quienes plantaron el pinar que actualmente ocupa la ladera del cerro. Aún hoy hay quién recuerda a los frailes saliendo en procesión nocturna en dirección al cementerio, entonando cánticos religiosos, e iluminando sus pasos con grandes velas. En 1987 la Compañía de Jesús vende el edificio y 60.000m2 de terreno a la sociedad “Real Deleite de Aranjuez”, procediéndose entonces a la exhumación de los restos enterrados en el cementerio y a su demolición.

Documentación histórica: Magdalena Merlos Romero

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