PRESENTACION DEL BLOG

"A orillas del caudaloso Tajo y a pocas leguas de la capital de España, existe un precioso pueblo que bendice y obsequia la naturaleza; un pintoresco pueblo rodeado de jardines, lleno de perfumes y animado por el canto de incontables pajarillos; un poético pueblo que se esconde bajo las frondosas ramas de los corpulentos álamos y gigantescos plátanos; este pueblo se llama Aranjuez"


30 may 2010

FESTEJOS NAVALES EN EL REAL SITIO DE ARANJUEZ



Según nos relata Alvarez de Quindós en su libro “Descripción Histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez”,
-”…en el año de 1584 viniéron un Arraez y cinco marineros de la villa de Abrantes, en Portugal, a servir en las chalupas de la navegación del Rey; y el de 1599 se hicieron otras chalupas nuevas para el Señor Don Felipe III.
En tiempo de éste Soberano vino una persona Real embarcada en góndolas desde Lisboa (de resultas de la jornada de Portugal el año de 1619, en que fue jurado Don Felipe IV, Príncipe heredero de aquel Reyno) con gran acompañamiento de barcos y músicas, haciendo tránsitos hasta llegar á Aranjuez, donde estaba el rey, que se divirtió mucho con la agradable vista de tantas embarcaciones adornadas de flámulas y gallardetes, músicas y concurso de gentes; y éstos embarcos se repitiéron otros días.”-

Y continúa Quindós relatándonos….
-”Desde el año 1616 hasta 1627, y aún después, venía el Rey y su Real Familia embarcados en chalupas desde Vaciamadrid; para lo qual se limpiaba el río y sus orillas ocho pasos de los árboles y fustas que pudiesen estorbar…”-




También fueron frecuentes los festejos realizados en el Mar de Ontígola, a los que eran muy aficionados tanto el rey Carlos II como su padre Felipe IV, los cuáles -“se embarcaban en góndolas y chalupas chatas muy adornadas, pescando desde ellas, y paseando las aguas, desembarcaban en el pabellón o cenador que el año de 1625 se hizo en el centro del propio estanque, sobre una islilla circundada de barandillas de hierro”-

Pero los festejos no se limitaban a simples paseos por las aguas, ya que desde esta isleta también se veían las fiestas de los despeñaderos. Según nos sigue relatando Quindós….
-”Había una fábrica en los cerros de la parte del norte y sobre el camino que va a Hontígola, como á la mitad del mar, con suelo de tablas ensebadas y sus antepechos de maderos altos á los lados. En la eminencia había unas jaulas ó toriles, donde se encerraban a las fieras. Se abrían éstas, y salía el toro, que precipitado por el despeñadero caía a las aguas del mar. Luego que se desenvolvía, nadaba en ellas, y desde unos barcos le capeaban, llamándole hacia el cenador para que el Rey le matase de un arcabuzazo. Lo mismo se hacía con camellos, jabalíes y otros animales. El señor Don Felipe V tuvo muchos de éstos juegos; especialmense te hizo uno el día 23 de Mayo de 1725, en que se despeñaron y mataron por mano del Rey doce toros, tres jabalíes y un camello.”-




En 1751 la reina Bárbara de Braganza le pidió a Carlo Broschi, mas conocido por Farinelli “il castrato”, que organizara los festejos de la onomástica de Fernando VI en el Palacio de Aranjuez «sin noticia del rey, deseosa de hacer más plausible la celebridad del día, sorprendiéndole gustosamente con ellos». Al año siguiente, Farinelli añadió al espectáculo un paseo por el río y el canal de éste en la «Escuadra del Tajo», creada al efecto. Estaba compuesta por quince naves de recreo, entre ellas la fragata «San Fernando y Santa Bárbara», los jabeques «Orfeo» y «Tajo», y la falúa real, «decorada a la chinesca». A bordo de ellas, junto a las respectivas tripulaciones, iban orquestas e intérpretes que amenizaban el recorrido. Cuando caía la tarde se iluminaban los más de 20 000 fanales repartidos por los jardines, sus fuentes y cenadores, por la orilla del río, los puentes y las naves, luces que reverberaban en el agua. Seguían los fuegos de artificio, también ideados por Farinelli, y terminaba el espectáculo con una descarga de artillería desde las tres embarcaciones principales.

Los decorados de esta magnífica fiesta anual eran realizados por Antonio Joli o por el propio Battaglioli, autor de este lienzo donde recoge la fiesta de 1756.

>Texto: Susana Calvo Capilla (http://cvc.cervantes.es)








En el Museo Casa de Marinos, situado en el jardín del Príncipe, se pueden observar algunas naves restauradas que aún se conservan, así como otros objetos de la época. También merece la pena visitar los embarcaderos situados en el mismo jardín.



29 may 2010

POBLACION, CAUSA DE SU ESCASEZ

Relato extraído de la “GUIA DE ARANJUEZ” escrita por D. Francisco Ramos Portillo y D. Ramón Portillo Roldán escrita en el año 1874



"La población de Aranjuez, según el último censo de 1874, es de 6.788 almas, y como naturalmente ha de extrañarse que un territorio tan fértil, al par que vasto,esté tan despoblado,es fuerza explicar este hecho, teniendo que recordar para ello varios datos concernientes a la localidad."


Cuadro: "Las Parejas Reales" Luis Paret y Alcázar.1770 (Museo nacional del Prado)
"A tal extremo llegó el rigor contra la estancia aquí de las personas, que en la primera Ordenanza que dio Felipe II para gobierno del Sitio, prohibió que se avecindasen en él otros que los empleados y criados que establecía la misma Instrucción,e impidió también que nadie fabricase casa en Aranjuez. Felipe III, en julio de 1617, mandó que no hubiese más gente que la empleada en el servicio del Rey y las viudas de criados, y que saliesen todas las que no fuesen de esta clase."


"En abril de 1681 se reiteraron las órdenes de que no se permitiesen en el Sitio personas vagabundas y que no fueran de las familias que servían a S.M., aunque se les agregasen, no teniendo justo título, decretando lo mismo en 1722 Felipe V; volviendo a encargarse de nuevo que no se permitiera vecindad ni asiento a nadie, y reproduciéndolo en 1748, por observarse alguna lenidad."


"La real comitiva ante el Palacio Real de Aranjuez el día de San Fernando" 1756. Oleo sobre lienzo de Francesco Battaglioli (Museo del Prado)

"La consecuencia natural de tales prescripciones, que hacían de estos bosques un sagrado impenetrable, fue que la caza mayor y menor se desarrolló en fabulosa escala, atraída por la frescura y seguridad que la brindaban las márgenes del Tajo, mientras la población permanecía estacionaria,siendo de 600 almas."


Cuadro: Francisco Battaglioli

MERCADO DE ABASTOS





Este edificio, tal y como hoy lo conocemos, vino a sustituir a partir de 1895 a otro mercado más antíguo que estaba al descubierto y que ofrecía pocas garantías higiénicas. Los comerciantes exponían sus artículos en “cajones” o puestos de madera (normalmente sin pintar) construídos por el Carpintero del Real Sitio. Varios fueron los intentos de construir un edificio con más comodidades y garantías higiénicas, pero unas veces por culpa de las diferentes epidemias acaecidas en la época, y otras por dificultades económicas, se retrasaron los proyectos. La aprobación definitiva del proyecto se efectuó el 23 de julio de 1890, aunque la autorización gubernamental no no se hizo efectiva hasta 1891. Por fín en 1893 comenzaron las obras bajo la dirección de Enrique Sánchez Sedeño. Durante las obras fueron descubiertas gran cantidad de monedas que evidenciaban la gran actividad económica que ya se desarrollaba desde al menos los tiempos de Fernando VII.





Así mismo hubo que solventar varios problemas técnicos como por ejemplo los desniveles del terreno, el paso por el subsuelo de la plaza de los caces abovedádos del canal (viejo de Sotomayor y nuevo de las Aves), el sistema de evacuación de las aguas sucias y pluviales, los retrasos de la cantera de Colmenar en el suministro de la piedra para cimientos y basamento, y el traslado de la fuente octogonal de agua potable situada en el centro del solar y fechada en 1827.




La construcción del edificio sigue las pautas de la arquitectura pública industrial de finales del siglo XIX, empleando materiales como el hierro y vidrio, pero a la vez también se inspira en la arquitectura civil residencial y palaciega de la época, y con un relativo aire neomudéjar presente en muchas construcciones contemporáneas. Tras su inauguración el 30 de diciembre de 1894, y pese a que aún no se había acabado de pagar las deudas contraídas para su construcción, se procedió a dotar de aceras perimetrales al edificio y se embelleció la plaza de la Constitución, reparando las fuentes y adecentando el entorno, lo que se remataría con la instalación en 1897 de la estatua de Alfonso XII, hecho que le valdría al Ayuntamiento la consideración de Ilustrísimo por gracia de la reina viuda Maria Cristina de Borbón.





En 1985 se transfirió el edificio a la Comunidad de Madrid, y poco después se procedió a una profunda restauración, ya que su deterioro y envejecimiento eran muy patentes. Fue entonces cuando se procedió a la colocación del techo traslúcido, el cuál contribuyó a dar más claridad y diafanidad , a la vez que permitió dotar de un mayor número de puestos al edificio.
Como resultado de las actuaciones llevadas a cabo, el edificio ha resurgido de un letargo que lo llevaba a su desaparición, dotándolo de unas instalaciones mas acordes con los tiempos que corren y contribuyendo a la reactivación económica de su entorno, sin perder la esencia para la que fue construído.



Documentación histórica y dibujos: "Arquitectura y Desarrollo Urbano", Tomo IX


Para saber mas: http://www.mercadodearanjuez.com/historia.html

21 may 2010

CASA DEL GOBERNADOR



Obra del arquitecto Juan de Villanueva, comenzó su construcción en 1799, terminándola definitivamente en 1802, aunque se estima que ya en Diciembre de 1800 fue ocupada parcialmente por el Gobernador. Su función fue la de servir de alojamiento del Gobernador del rey, así como albergar las oficinas de Contaduría, Tesorería y Escribanía. La casa contaba con tres entradas, una en cada una de sus fachadas, dos para las personas (las de las calles Almíbar y Capitán) y una para carruajes, en la calle Gobernador.




La composición interior ha sufrido innumerables cambios, por lo que es casi imposible adivinar su configuración original, si bién es cierto que en su estética exterior se puede apreciar claramente que para su construcción se siguieron las Ordenanzas de Aranjuez dictadas por el propio Villanueva, por las que se debían de seguir unas pautas comunes para la construcción de nuevos edificios en el Real Sitio.
Al suprimirse el cargo de Gobernador, a causa del establecimiento del primer Ayuntamiento constitucional en 1836, las funciones para las que fue construído este edificio fueron a menos, pasando a denominarse Casa de Administración del Real Patrimonio, que entre sus funciones estaba la de expender las papeletas para visitar lo visitable de Aranjuez.







El 17 de Junio de 1873 se cedió el edificio al Ayuntamiento, convirtiéndolo posteriormente en cinco escuelas, dos para niños, dos para niñas, y una para los parvulitos. Estas escuelas ocupaban los salones de la planta baja, donde además había un patio ornamentado con una fuente artificial. En la parte alta se habilitaron las habitaciones para el profesorado y una estupenda biblioteca. Estas escuelas fueron consideradas modélicas para el resto de España, pues pocas eran las que se podían igualar en equipamiento. Fue en ésta época cuando se cree que se realizaron las transformaciones más importantes, desapareciendo el paso para los carruajes, que se transformó en ventana, tabicando el hueco dintelado que conducía al patio. También se reforzaron los forjados, como consecuencia de los nuevos usos que albergaría el edificio.


Con la transferencia del inmueble por parte de Patrimonio Nacional al Patrimonio del Estado en el año 1986, y de éste al Ayuntamiento de Aranjuez, perdió la función educativa a la que estuvo destinado tantos años. A partir de aquí, el edificio cayó en un penoso estado de ruína, hasta que en 1996 se hizo una propuesta de rehabilitación por la que en 1998 se llegó a un acuerdo a tres bandas entre el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y la Universidad Complutense para adaptarlo a Centro de Estudios Superiores de Traducción e Interpretación, pasando a denominarse Felipe II.

Fotos antíguas: O.H.L.

18 may 2010

HOSPITAL DE SAN CARLOS



Según nos cuenta Alvarez de Quindós, ya en 1648 había en Aranjuez un hospital "para las gentes pobres que enfermaban", aunque "después se tomó el medio de enviarlas al Hospital de la Caridad o de San Juán de Dios de Ocaña, contribuyendo el Sitio con buenas limosnas". Quizá fué ésta una buena manera de evitar contagios durante las Jornadas o épocas que pasaban los reyes en Aranjuez.
Sin embargo, al iniciarse las obras del Real Sitio, se hizo patente la necesidad de contar con un edificio destinado a éste uso, ya que el clima "insalubre" de Aranjuez motivaba frecuentes enfermedades entre los trabajadores,visitantes y sirvientes.



Al fín en 1750 fué proyectado por Santiago Bonavía un edificio para "enfermos pobres e intransportables", con dos salas y doce camas con divisiones separadas, seis para hombres y seis para mujeres.En 1753 se concluyeron las obras con la construcción de la Botica, diseñada también por Bonavía y ejecutada por el maestro de obras madrileño Juan Esteban.Pero al funcionar sólo en época de Jornada,este hospital faltaba en la peor estación, dependiendo los residentes del Sitio y los obreros que en él trabajaban de "el carro del Rey", que transportaba los enfermos al hospital de Ocaña y al general de Madrid, aunque no servía para "los muy graves, ante el temor de que muriesen durante el traslado". Por este motivo, el médico titular de Aranjuez D. Juán Bautista Cutanda,solicitó en 1770 a Carlos III la construcción de un hospital permanente.



Ocho años más tarde, el arquitecto Manuel Serrano recibió el encargo del rey de diseñar un hospital (que se llamaría de San Carlos Borromeo)"donde a sus expensas se curasen los enfermos empleados en sus obras,labores y jardines, y todos los demás criados pobres".El edificio se construyó en el paraje más alto y despejado frente a la fachada del Real convento de San Pascual.





"El edificio se construyó con buena fábrica de ladrillo y mampostería, formándose una sala para medicina, grande y capaz, otra pequeña para cirujía, otra para los Guardias de Corps o alguna persona decente, y otra para mujeres, con las demás oficinas propias, y habitaciones para los dependientes",dotándolo además con una fuente de agua potable para su servicio.


Foto de F.J.Colmenar



Posteriormente se estableció una "sala de convalecencia", y en 1788 "se hizo una capilla pública", en la que se colocaron los sacramentos "para administrar la extremaución a los agonizantes" sin tener que recurrir a los curas de Alpajés.
Por desgracia, las dificultades económicas propiciaron el cierre progresivo del edificio.En 1840 se hizo un inventario del mobiliario y otros enseres para su posterior enajenación.Posteriormente se utilizaron sus dependencias como almacén de grano. En 1864 la reina Isabel II ordenó su reapertura, concibiéndolo como un "hospital modelo", aunque en pequeño,servido por Hermanas de la Caridad, siendo su inauguración en mayo de 1865.
Durante la Guerra Civil de 1936-1939 el edificio se utilizó como Hospital Militar, y al término de la guerra pasó a utilizarse como prisión. Hacia 1947 las Hermanas de San Vicente de Paúl regresaron al edificio y éste volvió a funcionar como hospital.
En 1964 se procedió a rehabilitar gran parte de los tejados. Años más tarde, perdida su función hospitalaria,sirvió temporalmente como asilo de ancianos a cargo de la misma orden religiosa.


Foto de F.J.Colmenar
En la década de los 70 del pasado siglo, el Ayuntamiento se hizo cargo del edificio, ubicándose en él algunas Concejalías, si bién seguía siendo propiedad del Patrimonio Nacional, que hasta 1987 no la transfirió al Estado, que a su vez la transfirió al Ayuntamiento tres años más tarde.
Actualmente el edificio se encuentra en total estado de abandono al no prosperar algunos intentos de rehabilitación para convertirlo en Parador Nacional

Documentación histórica extraída del libro "Arquitectura y Desarrollo Urbano" Tomo IX
PÁG.453-460

4 may 2010

CEMENTERIOS DE ARANJUEZ

En la concepción urbana de la ciudad del S.XVIII, el cementerio irrumpe como una nueva tipología, bajo idénticas premisas de planteamiento y de higiene pública a las de los hospitales del S.XVII. Es el cementerio entendido como construcción desvinculada del espacio físico de las parroquias, alejadas de las zonas de habitación y residencia.



La Ilustración había planteado nuevos conceptos que cuestionaban la práctica de inhumar dentro de las iglesias. Es de nuevo Carlos III, como sucediera con los hospitales, quién por Real Célula de 1787 prohíbe el enterramiento en templos y obliga a la construcción de cementerios fuera de los cascos urbanos. Real Célula que tiene su antecedente en el Reglamento del cementerio de otro Real Sitio, la Granja de San Ildefonso.


Calle de las Cruces

Pero la norma no comienza a materializarse de modo sistemático hasta bien avanzado el S.XVIII. En el inicio del reinado de Isabel II, Aranjuez aún no poseía cementerio. El equipamiento urbano del S.XVII no contempló la construcción del mismo por una serie de circunstancias claramente explicables, pero que una vez más evidencian la particularidad de Aranjuez respecto de otras poblaciones. Como Real Sitio no poseía parroquias propias, sólo reales capillas. De esta manera los escasos enterramientos de Aranjuez ( no existía núcleo poblacional antes de 1750 ) se realizaban en la cercana Ontígola.



El primer cementerio de Aranjuez se construye en 1845. Es un sencillo recinto cuadrado, lindante por el sur con el Convento de San Pascual y que conecta con el entorno del cercano Hospital de San Carlos a través de un camino arbolado. Este cementerio estaba construído sobre un terreno de muy pronunciada pendiente, por lo que más adelante se procedió a su explanación, hecho que provocó que, a causa de la mala construcción de los nichos, los malos olores producidos por la descomposición de los cadáveres invadieran gran parte la zona alta del pueblo.

En la esquina inferior derecha,patios ocupando la antígua Calle de los Muertos, junto a los terrenos del Convento de San Pascual.

En 1850 se efectúa una ampliación que determina una planta rectangular con capilla. Propiedad del Patrimonio de la Corona, es cedido en usufructo al Ayuntamiento. Su abandono será casi inmediato, pues pronto resulta insuficiente para la creciente población de la época. Para Lopez y Malta no posee “ni solidez, ni gusto, ni acierto en su situación”.




Queda así decidida la construcción del nuevo cementerio, al que se trasladarán los restos mortales del primero. Este , no obstante, se mantendrá en pié hasta los años cincuenta del siglo pasado con independencia de su progresivo deterioro.

El cementerio de Santa Isabel se construye por iniciativa regia en 1861, a instancias del Ayuntamiento, quien lo había solicitado en 1859. La obra se concluye en Junio de 1863. Desde el mismo día de su bendición en 1864, es cedido al Ayuntamiento en usufructo. Hoy en día, pese a ampliaciones y modificaciones, se conserva el núcleo original del cementerio, correspondiente al diseño de José Segundo de Lema. El arquitecto concibe un recinto centralizado de planta cuadrada en el que se inscriben dos ejes perpendiculares, en cuyo cruce se ubica una cruz dy hierro rodeada de canapés, elementos hoy desaparecidos. Los escasos cipreses que se mantienen en pié permiten reconstruir imaginariamente el aspecto original. En el extremo de uno de los ejes, el que se corresponde con el acceso al recinto, se sitúa la capilla. Esta combina la piedra con el ladrillo, siguiendo la práctica constructiva característica de Lema.


Antíguo Altar de la Capilla del Cementerio de Santa Isabel

Actualmente dicha capilla se encuentra en ruínas, y una vez se extraigan los restos del sacerdote D. Gabriel Martínez Gutierrez que descansan en su interior, será derruída.



Al fondo,Cementerio de los Frailes

Otro cementerio que existió en Aranjuez fue el llamado “de los Frailes”, situado en el cerro Parnaso, y que era utilizado para el enterramiento de los miembros de la congregación de frailes Jesuítas, cuya sede estaba situada en el Palacio del Deleite, edificio donado a la Compañía de Jesús por la reina Isabel II.


Senda que conducía al Cementerio de los Frailes


Vista actual del lugar donde estaba ubicado el Cementerio de los Frailes

Desde dicho palacio partía un camino, flanqueado en sus laterales por cipreses, que discurría por la ladera del Cerro Parnaso y que a unos 300 metros desembocaba en el cementerio. Fueron precisamente dichos frailes quienes plantaron el pinar que actualmente ocupa la ladera del cerro. Aún hoy hay quién recuerda a los frailes saliendo en procesión nocturna en dirección al cementerio, entonando cánticos religiosos, e iluminando sus pasos con grandes velas. En 1987 la Compañía de Jesús vende el edificio y 60.000m2 de terreno a la sociedad “Real Deleite de Aranjuez”, procediéndose entonces a la exhumación de los restos enterrados en el cementerio y a su demolición.

Documentación histórica: Magdalena Merlos Romero