El estanque está coronado por dos cenadores:
- Uno construido por Villanueva, templete monóptero de orden jónico con diez columnas de mármol verde de Italia, de fuste negro y basas y capiteles blancos. En su cúpula emplomada habría un dragón revestido de oro y sobre los pedestales, de piedra de Consuegra y Toledo, se colocaron estatuas egipcias hacia 1805 que desgraciadamente desaparecieron, tanto dragón como estatuas egipcias ,con la invasión francesa.
- El otro cenador chinesco es copia del original que construiría Villanueva, tan sólo conservado en una imagen de la colgadura bordada de la Casa del Labrador. El actual copiando el anterior es de Isidro González Velázquez ya del reinado de Fernando VII, con la misma planta pero de diferente alzado.
Cándido Lopez y Malta nos lo describe en su obra "HISTORIA DESCRIPTIVA DE ARANJUEZ" (1868) Edit. Doce Calles :
Foto: http://www.aranjuezhistoriagrafica.com/ |
Se da paso a la primera por un estrecho y corto puente de piedra, de mármol los costados, encontrando una elegante y costosa rotonda que figura un templete griego. Diez columnas jónicas de mármol verde-oscuro y yetas blancas, con capiteles y basas de mármol blanco, arquitraves de piedra de San Pablo de los montes de Toledo, sostienen una airosa cúpula pintada con gusto en su interior. Sobre otros pedestales que tienen los intercolumnios había colocadas ocho estátuas de mármol negro, representando ídolos egipcios, las que adornaron un gabinete de la reina Cristina de Suecia.
La última isleta está formada de peñascos conteniendo sobre el mas elevado un mausoleo de granito egipcio y una fresca gruta coronada por un llorón y un árbol de amor, ceñida además de jazmines y rosales de Alejandría. Entre ellos aparecen porción de siempre-vivas, dejando apenas sítio a un colosal ababués que elevándose entre los demás árboles que le rodean, cimbrea orgulloso sobre el sepulcro y cubre con su airosa copa el terreno de tan poética mansión.
Foto: http://www.aranjuezhistoriagrafica.com/ |
La variedad de peces que el estanque contiene y una bonita falúa chinesca en figura de dragón de dos cabezas que antes surcaba sus aguas, hacían de este sítio lo más pintoresco que ha podido crear la imaginación del hombre.
Hoy se nota la falta de las estátuas en la rotonda que dicen fueron destruídas por los franceses, y la falúa que no habiéndola repuesto tambien ha desaparecido. No creemos lo primero, porque a ser cierto probable parece que hubieran sufrido algo las columnas del templete el que se conserva perfectamente; han debido trasladarlas a otro punto muchos años há pública o misteriosamente por cuanto ninguno de los empleados antíguos las ha conocido.
Sufrió algún deterioro todo ello por el abandono durante la guerra de la Independencia, especialmente el pabellón chinesco que fué restaurado en 1844, suprimiendo alguno de sus antíguos adornos, entre ellos, unos trozos de grecas que pendían de las cornisas con infinidad de campanillas de metal, que hacían muy buén efecto al mecerse a impulso de la brisa. En los 24 años transcurridos ha perdido bastante esta obra de madera, la que clama por otra nueva recomposición."
Respecto a las esculturas desaparecidas del templete griego, Fe Hernández nos explica que "estas
preciosas esculturas habían sido halladas a mediados del siglo XVII
en una villa que había pertenecido al emperador romano Adriano, en
Tívoli. Después de desenterrarlas pasaron a un coleccionista italiano
llamado Camillo Massimi, quien las restauró y las puso a la venta. El
Marqués de Carpio compró, en 1677, nueve de las diez figuras que
representaban figuras de pie, junto a varias de diferente forma, que
Massimi tenía a la venta. A la muerte del Marqués las esculturas pasaron
a la Casa de Alba, a cuyo titular se las compraron los reyes de España,
Felipe V e Isabel de Farnesio, en 1728. Además de esta colección, los
reyes habían comprado, cuatro años antes, la colección que había
pertenecido a Cristina de Suecia, y que incluía la estatua que había
quedado en Italia, que había sido comprada por esta reina. Los Reyes
pudieron poner en la Galería del Palacio de San Ildefonso las diez
figuras juntas en 1728.
Estas piezas eran unas soberbias obras en mármol gris oscuro de unos 1,70 metros de altura. Estuvieron en laGranja hasta 1789, cuando Carlos IV decide el envío de ocho de ellas hacia Aranjuez, junto con otras muchas piezas, con destino al nuevo Jardín del Príncipe. Entre las piezas que llegaron figuraban: el Apolo que durante 200 años formó una fuente principalísima y ahora mantiene una copia; dos estatuas antiguas que se colocaron entre los grupos de columnas de piedra berroqueña en la Puerta principal, y que representaban a Pomona y Minerva; el Neptuno Río de los Pabellones; el famoso Puteal de la Moncloa, que estuvo aquí hasta 1814; catorce bustos de emperadores, y una escultura de dos niños disputando una palma, que representa la lucha del Amor profano y el Amor divino. Las ocho piezas fueron a adornar el recién creado templete griego de los Chinescos; pero desaparecieron durante la invasión francesa. No se sabe si fueron destruidos o robados, pero lo cierto es que se ignora su paradero. Quindós es la última persona que los describe, ya que Manuel Aleas, en 1824, dice que fueron derribadas por los franceses. También Nard achaca a la francesada la desaparición.
Después de la desaparición de estas piezas, vinieron los jarrones.
Para hacernos una idea de cómo eran podemos ver las piezas semejantes que permanecen en el Museo del Prado (quedan dos figuras de pie), y los dibujos del cuaderno Ajello, especie de inventario con sus respectivos dibujos que el abate Ajello hizo cuando las piezas estaban en La Granja.
Aquí os muestro una de las figuras que adornaron el templete de Aranjuez:
Estas piezas eran unas soberbias obras en mármol gris oscuro de unos 1,70 metros de altura. Estuvieron en laGranja hasta 1789, cuando Carlos IV decide el envío de ocho de ellas hacia Aranjuez, junto con otras muchas piezas, con destino al nuevo Jardín del Príncipe. Entre las piezas que llegaron figuraban: el Apolo que durante 200 años formó una fuente principalísima y ahora mantiene una copia; dos estatuas antiguas que se colocaron entre los grupos de columnas de piedra berroqueña en la Puerta principal, y que representaban a Pomona y Minerva; el Neptuno Río de los Pabellones; el famoso Puteal de la Moncloa, que estuvo aquí hasta 1814; catorce bustos de emperadores, y una escultura de dos niños disputando una palma, que representa la lucha del Amor profano y el Amor divino. Las ocho piezas fueron a adornar el recién creado templete griego de los Chinescos; pero desaparecieron durante la invasión francesa. No se sabe si fueron destruidos o robados, pero lo cierto es que se ignora su paradero. Quindós es la última persona que los describe, ya que Manuel Aleas, en 1824, dice que fueron derribadas por los franceses. También Nard achaca a la francesada la desaparición.
Después de la desaparición de estas piezas, vinieron los jarrones.
Para hacernos una idea de cómo eran podemos ver las piezas semejantes que permanecen en el Museo del Prado (quedan dos figuras de pie), y los dibujos del cuaderno Ajello, especie de inventario con sus respectivos dibujos que el abate Ajello hizo cuando las piezas estaban en La Granja.
Aquí os muestro una de las figuras que adornaron el templete de Aranjuez:
Sería idóneo que se intentase reinstalar copias lo mas fieles posible de las estatuas originales que inicialmente Villanueva puso en el templete griego, lo cual realzaría aun mas la belleza de dicho templete y del estanque en general.
(Gracias a Fe Hernández por su colaboración en este artículo)
(Gracias a Fe Hernández por su colaboración en este artículo)